Conforme fue creciendo Silas, sigui贸 en las calles tratando de sobrevivir a la cruel, fr铆a y despiadada sociedad, la cual sin piedad comenz贸 a llamarlo y a verlo como un fantasma. 脡l se cre铆a un fantasma o peor un demonio, su propio padre fallecido lo llamaba demonio.
A sus 18 a帽os trat贸 de robar una caja de jamones de un carguero en una ciudad portuaria, dos marineros lo descubrieron y sin descaro ni piedad comenzaron a molerlo a palos, pobre joven su coraz贸n poco a poco comenz贸 a enfriarse, poco a poco dejo de sentir, y si sent铆a algo era solo soledad y esa inquietud de no pertenecer en este mundo. Solo ha recibido en la vida desprecio, golpes, tortura y soledad, la rabia de seguir soportando los golpes de la vida comenz贸 a hervir su sangre, se defendi贸, pero su c贸lera fue tan fuerte que el joven parti贸 el cuello de uno de los marineros con sus propias manos, la polic铆a lleg贸 y lo arrestaron, pues ya era mayor de edad, fue a parar a una prisi贸n de Andorra donde todos los prisioneros tambi茅n se burlaron de 茅l dici茅ndole que era un fantasma. ¿Cu谩l era el objetivo de los guardias? Al a ver humillado al chico recorriendo lo por la c谩rcel desnudo y arrecido, mientras todos solo lo ve铆an como un espectro. En su mente solo pensaba:
"Soy un fantasma, soy ingr谩vido, soy un espectro..., p谩lido como un fantasma, caminando por este mundo a solas".(Brown, El c贸digo Da Vinci, p谩g. 87)
Pero el destino le ten铆a algo m谩s preparado, esa noche comenzaron a escucharse gritos de otros prisioneros, hab铆a una fuerza invisible que sacud铆a el suelo, 茅l no comprend铆a que estaba pasando pero a煤n as铆 trat贸 de levantarse. Gracias a este evento, descubri贸 un t煤nel que daba salida al bosque, sin dudarlo se adentro en el. Hab铆an pasado m谩s de 10 a帽os que no ve铆a la luna, pasaron varias horas no sab铆a realmente d贸nde estaba, comenz贸 a amanecer sin ninguna otra opci贸n se subi贸 a un tren que iba pasando por el bosque, estaba agotado ya no pod铆a m谩s, ten铆a sue帽o, hambre, solo quer铆a descansar y entonces se durmi贸.
Lo despertaron los golpes y gritos de un hombre, un hombre que no hizo m谩s que echarlo del vag贸n, ensangrentado comenz贸 de nuevo a vagar por una peque帽a poblaci贸n buscando comida, algo que fue en vano, ninguna alma se hab铆a apiadado de 茅l durante todos estos a帽os, al cabo de un rato se tumb贸 cerca de la carretera y se sumi贸 en su propio inconsciente, poco a poco comenzaba a preguntarse si realmente era distinto estar en est谩s condiciones a estar muerto, tal vez la muerte era m谩s misericordiosa que el estar vivo, ¿cu谩nto llevaba as铆?, cuantos d铆as sin comer, sin dormir, sin descansar y solo recibiendo los insultos y los golpes de los dem谩s, ¿Alguna vez podr铆a realmente vivir o este era el castigo que se merec铆a por lo que hizo en su pasado?
Una peque帽o resplandor comenz贸 a brotar, estaba acostado pero esta vez era distinto, sent铆a como si debajo de 茅l hubiera una nube y el aire ten铆a un distinto aroma, un dulzor a velas, ¿Qui茅n estaba ah铆? ¿Qu茅 茅l hac铆a ah铆? Entonces fue cuando apareci贸 茅l, su salvaci贸n, Jes煤s mir谩ndolo solo pronunci贸 esta frase:
"Estoy aqu铆. La piedra ha sido apartada y t煤 has vuelto a nacer". (Brown, El c贸digo Da Vinci, p谩g. 88)
Entonces despert贸, 茅l realmente nunca crey贸 en el cielo o en algo divino pero en esta ocasi贸n sent铆a como si Jes煤s s铆 estuviera velando por 茅l, se dio cuenta de que estaba en una habitaci贸n, de que esa nube que sent铆a debajo de 茅l no era m谩s que una cama c贸moda y suave, junto a 茅l hab铆a comida sin pensarlo comi贸 todo sin dejar rastro, ah铆 es cuando comenz贸 a sentir que la carne volv铆a a cubrir sus huesos y se volvi贸 a dormir.
Se levant贸 de un salto de la cama y comenz贸 a dar pasos tambaleados hacia el pasillo donde escuchaba gritos, sin darse cuenta entr贸 a una cocina, donde vio la escena de un hombre agrediendo a otro, sin saber el porqu茅 茅l joven no lo pens贸 y cogi贸 al agresor lanzando lo de espaldas contra una pared, el hombre sali贸 corriendo. Volte贸 para encontrarse con la v铆ctima, quien result贸 ser un joven sacerdote, 茅l cual le agradeci贸, ademas de le preguntarle si solo hablaba franc茅s porque lo escuch贸 hablar mientras dorm铆a.
Despu茅s le pregunto su nombre al albino, 茅l no supo que responder,no recordaba ni siquiera su nombre, solo escuchaba los insultos de los dem谩s, olvid贸 aquel nombre que le hab铆an dado sus padres, el sacerdote solo sonri贸 y le dijo que 茅l se llamaba Manuel Aringarosa, misionero de Madrid. 脡l albino solo pregunt贸 que d贸nde estaba y que hac铆a ah铆, el sacerdote le respondi贸 que lo dejaron enfrente de su puerta, enfermo y casi sin fuerzas.
Despu茅s de un tiempo gracias a un art铆culo que encontr贸 en su cuarto, 茅l joven descubri贸 que esa fuerza invisible que logr贸 hacer que saliera de la c谩rcel fue un terremoto que sacudi贸 las monta帽as derrumbando la c谩rcel y liberando a multitud de delincuentes, comenz贸 a sentir verg眉enza, culpa, miedo de que lo atraparan, pero ¿Por qu茅 茅l sacerdote si sab铆a qui茅n era, porque lo dej贸 ah铆?, en ese momento escuch贸 una voz:
-Los hechos de los ap贸stoles- era el sacerdote, el albino sin comprender cogi贸 la Biblia que le apuntaba el sacerdote y ech贸 un vistazo al cap铆tulo marcado por el sacerdote, hechos de los ap贸stoles 16 un vers铆culo que hablaba de un prisionero llamado Silas que yac铆a desnudo y apaleado en su celda, cantando himnos del se帽or.
No le tomo importancia hasta cuando lleg贸 el vers铆culo 26, donde se qued贸 boquiabierto, pues dec铆a: "de repente se produjo un gran terremoto hasta con moverse los cimientos de la c谩rcel y al instante se abrieron las puertas", sus ojos buscaron a sacerdote, mientras lo miraba el sacerdote dijo:
"A partir de ahora, amigo m铆o, si no tienes otro nombre te llamar茅 Silas". (Brown, El c贸digo Da Vinci, p谩g. 71)